viernes, 4 de diciembre de 2009

La caja tonta


«De todos los bares en todos los pueblos en todo el mundo, ella entra en el mío»; «Los alemanes iban de gris y tú ibas vestida de azul»; «Louis, creo que este es el principio de una gran amistad» Estas son algunas de las maravillosas frases que podemos escuchar en la película Casablanca, una película que fue televisada a altas horas de la madrugadas con lo que su público no fue muy numeroso.
Que una película como ésta se emita a estas horas nos hace replantearnos si la televisión que vemos es la adecuada. Programas como gran hermano, sálvane o DEC ofrecen un contenido lleno de insultos, faltas de educación, escenas de sexo y demás situaciones que se emiten por la tarde o en prime time con lo que los niños pueden verlos sin ningún tipo de problemas.Lo mejor de estas historias es que todo el mundo critíca pero al final la audiencia demuestra que las personas son bastantes falsas, y que no todos ven los documentales de la dos.
La ley de la sociedad nos muestra que lo que manda es el dinero, que por tener unos cuantos ceros en tu cuenta la gente es capaz de hacer lo que sea. .Después de ver esos programas ponemos las noticias y descubrimos que hay fracaso escolar, que a los maestros se la maltratán e insultan, que los jóvenes cada vez hacen en amor más pronto, que después del placer viene el embarazo no deseado, el aborto, el SIDA,... Cuando vemos las noticias nos escandalizamos de nuestra juventud de la poca vergüenza que los jóvenes tiene y la falta de educación en sus maestros. Pero si no ponemos a pensar, ¿no tiene esto que ver con la televisión?
Los niños son un reflejo de la sociedad y la sociedad es un reflejo de la televisión. Los niños van al colegio en su mayoría para divertirse, para jugar, no saben que la educación es parte fundamental e imprescindible en su vida futura, pero los padres no ayudan al niño. Cuando se está demasiado ocupado para hablar y jugar con tu hijo y no quieres que te molesten, el padre típico de puro en la boca y periódico en la mano le pone una televisión al niño en su dormitorio, con lo que el niño a las cinco de la tarde puede ver perfectamente como la mujer del primo del vecino del amigo que saca el perro en la misma zona donde vive un torero famoso ha visto que el cuñado de una cantante de karaoke le ha sido infiel con la presentadora de la cadena rival, también puede observar con los ojos bien abiertos como una cantante de pop-rock-country-singstars muy conocida en la noche madrileña ejerció la profesión más antigua del mundo hace diez años y por si la noticia no fuera lo suficiente clara, desde el programa la acompañan con una imágenes de unas prostitutas que harán las delicias del adolescente más insaciable.Como dice Woody Allen los famosos no tiran la basura, la convierten en televisión.

La importancia que le damos a la televisión hace que la sociedad sólo nos dicte que ese es el camino a seguir. De ahí viene el fracaso escolar ya que los niños piensan que las personas que salen en la televisión son afortunadas e importantes con lo que ellos no quieren estudiar para ser maestros, médicos o científicos sino que desean ser el nuevo Cristiano Ronaldo o la nueva Cristina Aguilera.
Nuestra sociedad está definiendo al niño con lo que es necesario que la sociedad y la educación en la escuela vayan de la mano para construir un mundo mejor donde el niño ya adulto será clave en el avance de la sociedad y formará parte de la misma de manera positiva. En nuestras manos está que la sociedad y la educación miren al futuro con los mismos ojos.